sábado, 22 de agosto de 2009

"¿Estamos locos o qué?"



Estas han sido las palabras pronunciadas por el cirujano que ha realizado el primer trasplante de cara con mandíbula y lengua incluidos, a raíz de la publicación de los datos personales, vida y obras del donante en diversos medios de comunicación. Ésto ha conseguido empañar la gran noticia que supone un avance científico de esta envergadura...La rueda de prensa del médico estaba prevista para dentro de dos semanas, una vez que se viera la evolución del paciente, pero debido a este incidente tuvo que adelantarla para asegurar que en ningún momento el hospital había infiltrado algún dato sobre el donante, según sentenció el médico ayer «por encima de mi cadáver se pasará antes de dar datos personales del paciente», . De hecho incluso en la puerta de la habitación del paciente han tenido que poner guardias de seguridad... ¿ Hasta dónde vamos a llegar?

Echando un vistazo en Internet, he podido leer el artículo (o uno de ellos) que ha provocado todo este revuelo. No sé las pretensiones del periodista al escribirlo, me pregunto si intentaba "santificar" al donante o en un acto de generosidad nos ofrecía nuestro chute de morbo diario (debió pensar que con las tardes televisivas no tendríamos suficiente)... Lo mires por donde lo mires sus intenciones han sido buenas, seguramente se fue a la cama pensando que ya había realizado la buena acción del día. Pero señor periodista, si va a dar la información por favor cuéntenos todos los detalles.. ¿Cómo ha podido usted obviar un dato tan importante como decirnos el número de pie que calzaba el donante?.. Digo todo ésto porque esa es a la conclusión a la que llego el médico: "la familia del siguiente donante de cara se lo pensará tres veces si a los dos días saben que va a salir publicado el número de su zapato".

Yo no sé a quien corresponde imponer un castigo a estos sirvengüenzas, se supone que las leyes nos amparan como ciudadanos... si ya ni las leyes se respetan y estamos totalmente desprotegidos, esto podría convertirse en Sodoma y Gomorra.... Lo que está claro es que esto no debería quedar así, por lo que la familia del donante emprenderá acciones legales contra las personas que cometieron este delito...

El efecto de este hecho tan indigno, es que si de por sí no hay suficientes donaciones y sí muchos enfermos cuyas vidas dependen de un órgano de alguien que ha perdido la vida, ahora seguramente nos pensaremos el donar un órgano mucho más, sabiendo que ni muertos podremos mantener intacto nuestro derecho a la intimidad y a la privacidad...

Según el Real Decreto 2070 de 1999, "no podrán facilitarse ni divulgarse informaciones que permitan la identificación del donante y del receptor de órganos humanos". Y añade: "Los familiares del donante no podrán conocer la identidad del receptor, ni el receptor o sus familiares la del donante y, en general, se evitará cualquier difusión de información que pueda relacionar directamente la extracción y el ulterior injerto o implantación". Inevitablemente, sólo en los casos de donación de vivo se llegarán a conocer receptor y donante (que en la mayoría de ocasiones es un familiar).

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